Salpicaderos muy especiales y con carácter para tu cocina

¿Qué tipo de cocina te gusta? Según sea tu estilo, así tienen que ser tus muebles pero también el salpicadero que elijas para tu cocina. Este puede darle un carácter diferente y muy especial al conjunto, siendo la guinda en un buen trabajo de diseño.

¿Te gustan las cocinas minimalistas? Esas que tienen muebles totalmente lisos, incluso sin tiradores y que dan una sensación de limpieza y pulcritud que produce relax. Si es el tipo de cocina que tú quieres, pero te da un poco de agobio que se vea excesivamente blanca, rompe con esa monotonía en el color con un salpicadero que ofrezca contraste. Puedes elegir un mármol con vetas oscuras, azulejos efecto cristal en algún tono que combine con cortinas u otros objetos decorativos de la cocina. Tú decides en función de tus gustos y de tu personalidad pudiendo llegar incluso a los azulejos multicolor con aire pop.

Si tu cocina es elegante, clásica y con ciertos toques rústicos, como muebles de madera labrados a mano, puedes llamar a expertos en revestimientos con lajas para que coloquen justo sobre tu cocina de cocinar este tipo de revestimiento de piedra. Puedes usarlo también para crear una campana en la que irá un extractor y que imite a los tiros de cocina antiguos de piedra. El resultado va a ser absolutamente espectacular y tu cocina se verá a la altura de las más elegantes de la película. Estas piedras son, habitualmente, artificiales y, por tanto, no necesitan tratamientos para evitar la porosidad y que puedan surgir manchas por la grasa que, inevitablemente, se queda en ellas tras cocinar.

Si tu cocina es moderna, con muebles en tonos de madera y con detalles en acero inoxidable, el salpicadero puede ofrecer un bonito contraste si te decides por azulejos estilo retro. Estos azulejos recuerdan a los que había en las casas de principios del siglo pasado, pero están elaborados con materiales muy actuales que hace que queden espectaculares en cualquier cocina de hoy en día. Además, encontramos este efecto en vinilos que puedes pegar en la pared y que son muy fáciles de colocar y de cambiar en el caso de que te acabes cansando. De esta forma, cuando tras unos años quieras darle un aire nuevo a la cocina, solo tienes que colocar un nuevo vinilo y te parecerá que has hecho una reforma.