Categoría: Centros de día

El alzehimer afecta a toda la familia

El diagnóstico de Alzheimer suele caer como un jarró de agua fría en cualquier familia. En primer y más importante lugar, se trata de que ese familiar, normalmente padre o madre, que hasta ese momento ha sido en muchos casos un apoyo para toda la familia, ahora no solo va a dejar de serlo, sino que poco a poco irá perdiendo todos sus recuerdos y puede llegar al punto de no reconocer a su familia.

Esto es muy duro de asumir para todo el mundo, pero mucho antes de que llegue ese momento ya hay que enfrentarse a toda una serie de problemas añadidos. Una persona con Alzheimer ya no puede vivir por su cuenta. Deja de ser responsable e incluso en sus fases más precoces el riesgo de que deje abierto el gas o se olvide de apagar el fuego de la cocina es muy alto.

Esto hace que la persona tenga que irse a vivir con la familia por su propia seguridad. Un golpe para el mayor, que es consciente de que ya no puede actuar como antes y también un golpe para la familia que, de repente, se encuentra con una gran responsabilidad a sus espaldas. Estas personas necesitan de constante supervisión y son muchos los casos en los que los dos cabezas de familia deben de trabajar y no pueden renunciar a hacerlo.

Quedan entonces tres salidas: contratar a una persona que cuide del familiar, una residencia o un centro de día.

Contratar a una persona para el cuidado del mayor no solo es caro, es que además no ofrece las garantías suficientes. Incluso si se trata de una persona con preparación nos puede darle al enfermo las terapias que podrían ayudarle a frenar el avance de la enfermedad. Por ejemplo, terapias de estimulación cognitiva y terapias físicas para evitar el deterioro que sufren muchos mayores al estar en casa la mayor parte del día.

Una residencia puede dar todo eso a la persona, pero supone apartarla de la familia, lo cual no siempre es deseable ni para el mayor, que puede sentirse abandonado, ni para la familia que no desea alejarse de su ser querido.

Queda pues la opción de Centros de día para mayores con alzheimer en Madrid, la más deseada por la mayoría, ya que supone que su familiar podrá estar correctamente atendido durante todo el día y, una vez que termine la jornada laboral, podrá volver a casa con los suyos.

Centros de día para mayores en centro Madrid

La situación familiar de cada persona puede variar de forma sustancial, aunque seguro que si nos ponemos en situación y hablamos de una persona de la tercera edad que sea dependiente y que necesite una gran cantidad de cuidados porque no pueda valerse por sí mismos nos sonará bastante, pues muchos de nosotros habremos vivido esa situación con nuestra familia, ya sean padres, abuelos o cualquier otra persona de la tercera edad que necesite cuidados especiales. Pero claro, por mucho que queramos y deseemos dejar todo de lado para cuidar a estas personas tan importantes para nosotros y que tanto deseamos cuidar, no podemos abandonar nuestra vida y nuestro trabajo, por lo que nos damos cuenta de que no tenemos tiempo para todos. Llegados a este punto, una de las mejores soluciones es llevar a nuestros mayores a un Centro de día para mayores en centro Madrid.

Para aquellas personas preocupadas por lo que este tipo de centros puede suponer en sus familiares y que piensen que pueden ser negativos o que incluso puedan tener sentimientos de culpabilidad de estar abandonando a sus queridos en el centro, nada más lejos de la realidad. Y es que llevar a las personas de la tercera edad que necesiten cuidados y atenciones especiales y que sean dependientes, necesitando atención continua, este tipo de centros es realmente la mejor solución gracias al gran número de ventajas que tienen este tipo de centros.

Una de las primeras ventajas de llevar a las personas dependientes de la tercera edad a un centro de día para mayores en el centro de Madrid es para los propios familiares ya que podrán tener la total certeza y seguridad de que sus seres queridos estarán correctamente atendidos y cuidados, dándoles mayor confianza y tranquilidad. Para las propias personas que asistan este tipo de centros son las mayores ventajas, pues realizarán una gran cantidad de actividades destinadas a ocupar su tiempo al mismo tiempo que desarrollan nuevas capacidades físicas y mentales, haciendo ejercicios que sirven en algunos casos para rehabilitar músculos y articulaciones, o actividades que ayudan a potenciar la memoria para personas con enfermedades como el alzhéimer.