El sedentarismo en perros se relaciona con un mayor riesgo de padecer obesidad, diabetes o cardiopatías. Porque la inactividad física afecta negativamente a seres humanos y a mascotas por igual, especialmente en entornos urbanos donde el animal pasa un mayor número de horas sin salir al exterior. Para remediarlo, el uso de un Estimulante mental perros ha demostrado ser eficaz.
Los estimulantes caninos se presentan en forma de juegos que incentivan la vista, el olfato, el oído y otros sentidos. Su objetivo es mantener al perro activo física y mentalmente con ayuda de un estímulo cognitivo (localizar objetos, superar obstáculos, desafíos memorísticos, etcétera).
Actividades lúdicas como las indicadas reducen el sedentarismo en perros, favoreciendo la quema de calorías que, de lo contrario, se acumularían elevando el riesgo de obesidad. Hoy seis de cada diez perros muestran un índice de masa corporal superior a lo normal, condición que les predispone a desarrollar enfermedades y dolencias tan graves como la osteoartritis o la artrosis.
Este y otros trastornos articulares han sido vinculados con el sobrepeso canino. Los movimientos de un perro obeso acarrean un mayor desgaste y sobrecarga en las articulaciones, desencadenando diversos problemas a largo plazo.
Los perros, debido a su gregarismo, necesitan socializar y relacionarse para disfrutar de una vida plena. El sedentarismo dificulta esta necesidad y priva a la mascota de desarrollar su instinto gregario, negación que acentúa la soledad, el estrés y otros males.
La inactividad y exceso de grasa corporal también incrementan la posibilidad de sufrir diabetes tipo 2 o no insulinodependiente. Esta enfermedad canina es consecuencia directa de la falta de ejercicio, al igual que las cardiopatías.
Además, la vida sedentaria compromete el aprendizaje canino, sujeto a estímulos externos que no recibe en cantidad suficiente debido a su pasividad, escaso contacto social, etcétera. Este peligro es realmente nocivo a edades tempranas.