Los despidos son un desenlace crítico, con frecuencia inesperado y en ocasiones injusto. Si el afectado considera que el mismo fue improcedente y no logra revertir la situación en buenos términos con su empresa, le queda un último recurso: solicitar una indemnización por despido en Vigo o en el municipio del interesado.
En caso de tener éxito con su reclamación, el empleado recibirá una indemnización cuya cuantía dependerá del tipo de despido al que fue sometido, a saber: el colectivo, el disciplinario y el objetivo, siendo estos últimos los más comunes.
Primeramente, los despidos disciplinarios se producen cuando el trabajador cualquiera de las cláusulas del Estatuto de los Trabajadores, incumpliendo por tanto lo establecido en su contrato laboral. Estas cláusulas incluyen la desobediencia, la reducción voluntaria del rendimiento, la reiteración injustificada de faltas, el acoso o las ofensas físicas y verbales, entre otros.
Incluso si la empresa logra argumentar las faltas del empleado, son muchas las irregularidades que pueden cometerse y que declararían nulo el despido. Por ejemplo, que el mismo no fuera comunicado por escrito y con la debida claridad al afectado. Lo anterior legitimaría la reclamación del extrabajador y el derecho a recibir hasta cuarenta y cinco días de salario anual por cada año de ejercicio en la empresa.
Al despido objetivo, por su parte, se recurre cuando la empresa basa su decisión no en las faltas e irregularidades citadas, sino en causas económicas y organizativas, la impericia del afectado, su inadaptación a la plantilla, el déficit de subvenciones públicas o la falta de asistencia incluso justificada.
Cualquiera de estas condiciones, presentes asimismo en el Estatuto de los Trabajadores, avalan la interrupción de la relación contractual entre el trabajador y su compañía. Si el afectado consigue demostrar un error en el proceder de la empresa, tendrá derecho a una indemnización igual a la suma de veinte días de salario por cada año que haya estado en nómina.