SALIR A PASEAR

El otro día mientras estaba dando un paseo dentro de mis horas se me rompió un cordon de una de mis zapatillas deportivas, menos mal que el cordón era bastante largo y pude hacerme un apaño para no tener que volver a casa a cambiarme de calzado, más que nada porque ya no es que estuviera demasiado cerca de casa. Creo que hacía años que no paseaba tanto tiempo y con tanta frecuencia como lo hago hoy en día por culpa de haber estado encerrado en mi casa durante los dos últimos meses. La gente por la calle más o menos cumple con lo que se pide, pero también hay que decir que a hay bastante gente que no se protege lo suficiente como para andar por ahí. Por ejemplo, personalmente cuando salgo a pasear ya lo hago por zonas por donde normalmente no suele haber mucho tránsito de personas, siempre me ha gustado caminar por sitios por los que hubiese poca gente ya que no me gusta verme demasiado observado. 

 

No hace muchos días tuve la fortuna de poder estar al sol durante un buen rato antes de que se pusiese, donde vivo desde que nos dejan salir a pasear no es que haya hecho un tiempo demasiado bueno por lo que ese sol me sentó muy bien. Fue una sensación mejor que la de que me dejasen salir a pasear, que ya era algo que llevaba bastante tiempo esperando. Todavía no he podido recorrerme todas las calles del kilómetro a la redonda de mi casa pero es que hay una zona que al principio hay que bajar pero que después la voy a tener que subir y eso es algo que hoy en día no es que me apetezca demasiado. 

 

He de decir que para no haber hecho demasiado deporte mientras estábamos confinados en nuestras casas mi cuerpo no lo nota demasiado, estoy bastante tiempo paseando y en mi ciudad hay muchas cuestas y me sorprendió que no me cansase más rápido, eso sí, noto cansancio en el lumbago, pero al llegar a casa hago unos estiramientos y el problema se soluciona.