Las manchas causadas por el sol son fruto de la acumulación de la radiación solar en nuestra piel. Se producen especialmente en las zonas que están más expuestas, como el rostro, el escote o las manos. Puede haber factores que potencien su aparición, como cambios hormonales o algunos medicamentos. También ciertos productos de maquillaje pueden crear un efecto espejo que hagan que el sol incida con más fuerza.
Estas manchas pueden aparecer tras un verano en el que no nos hemos protegido y han existido alguno de los factores que hemos comentado o pueden ir apareciendo de manera gradual. Los efectos del sol sobre la piel son acumulativos y, por eso, podemos encontrarnos con que a pesar de que nos protegemos durante los últimos años, aparecen las manchas porque no lo hemos hecho en la infancia o en la adolescencia.
Como este tipo de manchas de acumulación suelen aparecer a partir de los cincuenta, se conocen también como manchas de la edad. Pero no debemos de dar por sentado que las manchas son solo eso, debemos de acudir a un experto en dermatologia medica que descarte que hay algún otro problema añadido.
Si se trata de manchas muy tenues, podemos usar productos antimanchas de los que hay en el mercado. Algunas cremas pueden ayudar a mitigar un poco estas pigmentaciones de manera que, al ser ya suaves, se hagan poco visibles. Pero hay que tener en cuenta que no podemos esperar algo poco realista de una crema por muy buena que sea. Las manchas no van a desaparecer por completo.
Para manchas más intensas o para hacer que esas manchitas dejen de verse totalmente, podemos acudir a una clínica de dermatología estética en la que nos dirán cuáles pueden ser las mejores soluciones para nuestro caso en concreto. Actualmente, una de las técnicas más utilizadas y que suelen dar muy buenos resultados, es la del láser. Aunque no resulta barato, es muy efectivo y en pocas sesiones se pueden hacer desaparecer las manchas más suaves. Para otras más marcadas, harán falta sesiones adicionales.
Protegerse y prevenir es la mejor manera de que nuestra piel esté libre de manchas. Es importante utilizar una crema con factor de protección alto. Durante el invierno, también debemos de proteger la piel del rostro con una crema hidratante que tenga al menos un factor de protección 30.