A la compra 

¿No os has pasado alguna vez que vais al súper a por algo concreto, luego vas metiendo cosas en la cesta y al final no traes lo único que realmente necesitabas? A nosotros nos pasa demasiado últimamente. Y es que cada vez tenemos que traer más cosas. La lista es tan larga que siempre se olvida algo, es inevitable. Si no son los yogures sin lactosa de mi mujer son las toallitas del niño.

A mí, en realidad, me gusta ir al supermercado. Nos siempre fue así, pero ahora lo disfruto: es como un momento de relax entre tanto ajetreo. Eso sí, selecciono muy bien el día y la hora a la que voy a comprar. Lo tengo todo perfectamente estudiado. Los lunes, los viernes y los sábados por la mañana son los peores momentos para comprar. Aquí, al menos en este barrio, la gente se va mucho de fin de semana (no sé muy bien a dónde, pero se van), y suelen aprovechar el viernes o el sábado por la mañana, antes de irse, para la compra semanal.

Los que no han comprado durante el fin de semana tienen que comprar el lunes. Y ahí la gente va como loca, con carros hasta arriba porque tienen la nevera semivacía. ¿Y entonces cuál es el mejor momento para comprar (si entendemos buen momento para comprar cuando menos gente hay)? Los jueves es el mejor día. Está en mitad de todo. Los que necesitan la compra al inicio de la semana ya han comprado y los otros prefieren esperar al fin de semana, así que los jueves es el mejor día.

Y cuanta menos gente en el súper más difícil es olvidarse de las cosas, ya sea de yogures sin lactosa o de las famosas toallitas. Que lo ideal es hacer una lista y yo siempre la trato de hacer, pero con todo siempre hay algo que se traspapela.

Pero bueno, yo lo disfruto: me relaja, miro los productos con detenimiento, que siempre salen cosas nuevas y trato de no estresarme como antes que iba como un rayo por los pasillos, y así era más fácil olvidarse de las cosas.