Desquiciados por un virus 

Desde hace meses solo se habla de un tema y todos los órdenes de la vida giran alrededor de lo mismo. Pocos recuerdan que hayan vivido algo parecido. A alguien se le ocurrió comparar esto con una guerra o una posguerra. Y aunque es a todas luces una comparación truculenta, ya que una guerra es ‘palabras mayores,’ sí que comparte algunas connotaciones, sobre todo el hecho de que es algo que afecta a todo el mundo: nadie se libra. No es como una crisis económica que afecta a muchos, pero siempre se libran los mismos.

Con todo, casi no leo nada que reflexione sobre las consecuencias psicológicas y físicas de pasar tanto tiempo obsesionados con virus, con una enfermedad y con los contagios. Cuando esto acabe, ¿todo volverá a ser igual? Después de meses diciéndonos que nos tapemos la boca, que no nos acerquemos a nadie, que no vayamos a ninguna parte si no es imprescindible, ¿volveremos a vivir como antes? 

En mi casa, el asunto ya nos ha afectado a todos un poco. Por un lado, está la alimentación. Mi mujer siempre ha sido súper estricta, de las que se fija donde estan las proteinas del huevo, que revisa todos los componentes de lo que come para mantener la línea, pero con el tema del confinamiento, trabajar en casa, nada de gimnasio y tantas restricciones de movimiento y demás le ha dado por comer. Y a mí por no dormir. 

Sabíamos que esto iba para largo, pero tal vez para no tan largo, porque ya nadie sabe cuándo vamos a salir de esta a pesar de todos esos cientos de vacunas prometedoras. Quizás tendremos que esperar otro año. ¿Seremos capaces de adaptarnos a vivir así, sin contacto, con la cara tapada y desquiciados por normas que cambian cada día? 

Mi mujer y yo hemos decidido que este virus no nos puede tumbar. No se trata de pillarlo o no, sino de que no nos hunda psicológicamente ni físicamente. Así que tras el verano nos hemos marcado la necesidad de volver a ser nosotros mismos: que ella vuelva a mirar donde están las proteínas del huevo y controlar la comida (la suya y la nuestra) y yo intentar volver a dormir sin despertarme diez cada noche. Otra cosa será conseguirlo.