El mejor cuidado para los mayores

Buscar Centros de día para mayores en centro Madrid es el primer paso para cambiar la vida del mayor como de su familia. Y nos referimos tanto a aquellas personas perfectamente autónomas como a quienes tienen una seria dependencia por sus problemas de salud.

Las demencias y el Alzheimer son las enfermedades degenerativas más frecuentes en la tercera edad. Normalmente, ambas empiezan de una manera muy similar: la persona comienza a tener despistes y olvidos que en principio se achacan a la edad, pero que cada vez son más frecuentes y graves.

Cuanto antes se actúe ante estos síntomas, más posibilidades se tendrán de frenar el avance del problema, al menos hasta un cierto punto. Por eso, estos centros de día suelen organizar talleres de memoria en los que se trabaja la mente de las personas, obligándoles a ejercitarla para conseguir que puedan valerse por sí mismos durante más tiempo.

Al deterioro mental se suele unir también un gran deterioro físico, no solo por la edad, sino porque estas personas con problemas tienen a encerrarse en casa y no querer salir. En el centro de día pueden hacer ejercicios adaptados a sus necesidades y a sus niveles. Como los participantes estarán en un nivel de movilidad similar, los ejercicios les resultarán fáciles de hacer y no se sentirán mal.

Otro de los problemas que suelen tener las personas que van perdiendo su memoria es que también pierden su vida social. Les cuesta más relacionarse con sus amigos de toda la vida y en muchos casos al dejar de salir por ellos mismos pierden la relación. También ocurre que, al tener edades avanzadas, cada persona se vaya a vivir con los hijos y acaben demasiado alejados.

En los centros de día pueden encontrarse con personas de edades similares y con unos problemas de salud también parecidos. Esto hará más fácil relacionarse y entenderse. Incluso pueden realizar actividades todos juntos, como jugar a las cartas. Esto ayuda a que no se sientan tan solos y a que no sean sus familiares las únicas personas con las que al final acaban hablando.

Precisamente, estos familiares también se ven muy beneficiados por los centros de día, ya que pueden delegar el cuidado de los enfermos durante un tiempo, pudiendo dedicarse ellos a sus actividades laborales o a tener un poco de vida social libres de la carga que supone el cuidado de una persona dependiente.